Una amoladora es una herramienta eléctrica y manual que incorpora un motor eléctrico potente y que va conectado a engranajes o al eje motor, donde se acopla el disco. Estos discos determinan la actividad a realizar.
Gracias a esta máquina es posible cortar distintos materiales, como mármol, cerámica o incluso una pared. Es recomendable para:
- Lijar: para lijar, la amoladora recta es la mejor opción. Simplemente debemos ajustar el tipo de disco o el grano de lija en función del material a trabajar.
- Cortar: la amoladora recta también permite cortar. Para ello, requiere de un disco fino, pudiendo cortar metales o maderas.
- Decapar: otro de sus usos consiste en eliminar restos de residuos que no podríamos quitar de forma manual. Y con total seguridad.
- Desbastar: también permiten labores de desbaste, quitando los restos de residuos muy adheridos.
- Abrillantar: también permite realizar labores de abrillantado. Por ejemplo, para dar brillo al mármol.
Tipos de amoladoras
Uno de los aspectos más importantes de la amoladora, es el disco de corte. Al fin y al cabo, es lo que nos permite realizar un tipo de trabajo u otro. Por eso debemos saber qué aplicación vamos a llevar a cabo antes de poner el disco.
A la hora de elegir una amoladora, podemos encontrarnos con dos tipos. Las pequeñas, conocidas como mini amoladoras, emplean discos de 115 o 125 mm junto con unas potencias que van desde los 500 W a los 1500 W. Las grandes, por su parte, cuentan con discos de mayor diámetro 230 mm y potencias hasta los 2600W.
¿Qué amoladora es mejor?
Depende de tus necesidades. Su uso siempre es manual independientemente de que se opte por el modelo eléctrico o el inalámbrico. Asimismo, se emplea principalmente para labores de bricolaje en el ámbito industrial y doméstico.
Si no sabes qué amoladora elegir, en Stayer te echamos una mano. Pregúntanos.