La principal característica que diferencia a ambos tipos de herramienta es que las lijadoras de tipo orbital permiten realizar trabajos de matizado, desbaste, pulido y lijado de superficies planas, cóncavas, es decir, que se adaptan a prácticamente cualquier formato, mientras que las lijadoras roto orbitales permiten trabajar en superficies más amplias, dado que rocan y orbitan.
La rotorbital posee una combinación de movimientos que permite conseguir un acabado de más calidad en las distintas superficies a trabajar. Esto es debido a que posee una combinación de movimientos que hace que gire directamente sobre su eje y rote en forma excéntrica, por lo que suele ser la opción preferida para hacer grandes trabajos industriales.
La lijadora orbital posee unas características más de tipo portátil y se utiliza en procesos de desbaste, lijado y pulido. Gracias a su uso conseguimos superficies más uniformes. Es en definitiva, una herramienta enfocada más hacia una finalidad de bricolaje y no tanto para aplicaciones de carácter profesional. Aunque si bien es cierto que daría buenos resultados en trabajos más livianos.
Mientras que, con la lijadora roto-orbital lo que consigue el profesional es, en parte, ganar tiempo. Gracias a su rotativa puede hacer más cosas a la vez y en el menor tiempo posible, siendo más productivo en su trabajo porque se pueden realizar varias tareas con una misma máquina. Es por ello que es una de las herramientas preferidas para los profesionales de diversos sectores.
No obstante, en cualquier caso es fundamental elegir bien el tamaño de la órbita de acuerdo al tipo de tarea que se pretenda realizar. No todos los trabajos son iguales, ni necesitan la misma exigencia. Debemos emplear siempre la herramienta adecuada si queremos conseguir resultados más finos y detallistas.
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