El martillo rotativo se emplea para perforar o hacer agujeros en las superficies de dureza más extrema, por lo que es una herramienta profesional muy utilizada en tareas relacionadas con la construcción e incluso con la industria.
Cuando es necesario perforar superficies duras como la piedra o el hormigón, el martillo rotativo es el mejor aliado, ya que además de realizar el trabajo de una manera segura y eficiente, permite que el operario o trabajador pueda centrarse en la tarea de perforación, sin riesgo de aspirar polvo sobrante y ajustando de manera precisa la profundidad a la que desea trabajar.
En el caso de necesitar realizar agujeros en otros materiales como piedra blanda, placas de yeso o baldosas, es posible desactivar el mecanismo de golpe (que es el que lo diferencia de un «taladro común»), convirtiéndose en una máquina de perforación para el día a día.