Los discos pueden estar compuestos por distintos tipos de grano.
En el caso de los abrasivos convencionales son los de óxido de aluminio, carburo de silicio o una combinación del primero con el zirconio. Funcionan en materiales blandos y duros, así como semi-duros.
Los súper abrasivos son más tenaces. Encontramos materiales como el diamante policristalino o el nitruro de boro. Ideales si se busca alta velocidad y precisión para materiales muy duros.
En lo que respecta al tamaño de los discos, los más gruesos tienen números de malla bajos y los más finos, altos. Los gruesos se usan en materiales blandos. Los finos para conseguir unos acabados lisos en materiales más duros.
Por ejemplo, los de grano grueso van de 8 a 24, normal de 30 a 70, fino de 80 a 220 y muy fino de 240 a 2500.
En cuanto a la nomenclatura, tienen una identificación a base de números y letras. por ejemplo, el prefijo, el tipo de abrasivo, el tamaño de grano, el grado, la estructura, el tipo de aglutinante y el registro del fabricante.
Por último, prestando atención a sus formas, los tenemos disponibles de al menos dos en base al uso: planos o cóncavos.