En la actualidad, nos encontramos con una amplia oferta de materiales abrasivos para lijar metal. Claro que, antes de lanzarse a la piscina, es importante disponer de una serie de conocimientos para hacer el trabajo de forma segura y con resultados óptimos. Antes de elegir las lijas que necesitas, te contamos cómo se lijan los metales.
Cómo lijar metales: Consejos profesionales
En primer lugar, es fundamental conocer las propiedades del material que se va a lijar. Aspectos como la dureza, la tenacidad, si le afectan las temperaturas altas, son de extrema importancia a la hora de elegir la herramienta adecuada y sus accesorios.
También es necesario elegir el soporte de la banda idóneo según la operación de lijado a hacer. Lo mismo en cuanto al mineral abrasivo, que que se debe elegir en base al tipo de metal (y sus propiedades).
Lo siguiente, pasa por hacer un escalado de granos considerando el estado inicial que tiene la pieza y el acabado que deseamos obtener, con el objetivo de comprobar que todo está en perfectas condiciones antes de ponerse a trabajar.
Llegados a este punto, ya se puede proceder a la operación de lijado como tal; adaptando la velocidad y la presión de trabajo para que el resultado sea óptimo.
Tanto si es un usuario aprendiz como profesional, no deben pasar a un segundo plano las medidas de seguridad. Se aconseja utilizar mascarilla, gafas de seguridad, guantes y delantal. De esta forma se evitan posibles quemaduras o cortes.
Herramientas y maquinaria para lijar metal
El metal se puede lijar de forma manual o con ayuda de máquinas. Entre las herramientas para lijar metal más populares encontramos las lijadoras, además de taladros y amoladoras, entre otras.
Lo más recomendado pasa por lijar las zonas más afectadas y luego seguir por las menos afectadas. Así podrás ir lijando poco a poco la superficie hasta conseguir los efectos deseados.
¿Qué riesgos considerar al lijar metales?
Al utilizar una lijadora de metal sin protección, el operario podría sufrir algún tipo de abrasión, corte o incluso atrapamiento con las partes móviles de la máquina. Por eso es fundamental protegerse debidamente con el equipo de trabajo adecuado.
Inhalar polvo es otro de los riesgos frecuentes durante el lijado. Como también lo son el ruido o las vibraciones que pueda hacer la máquina, por eso es fundamental el aspirador y la protección en los oídos.
Debido a un mal montaje de la lija o bien si esta se encuentra en mal estado, hay riesgos eléctricos directos o indirectos a los que te puedes enfrentar. Por eso es fundamental revisar que todo esté bien y tener cuidado.
También es fundamental usar bien la máquina y no trabajar en posturas inadecuadas o en posiciones inestables. Cualquier despiste puede ser fatal.
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