Seguro que has oído hablar de los batidores de pintura. Se trata de una herramienta que permite mezclar pinturas y materiales. A continuación te contamos más en profundidad para qué se utiliza y cómo sacarle el máximo partido:
Batidor de pintura: para qué sirve
Un mezclador de pintura se utiliza, tal y como su propio nombre indica, para mezclar materiales de distinto tipo como pintura, mortero, revestimiento, yeso, cemento, lechada u otros compuestos. De ahí a que estemos ante una herramienta muy útil para profesionales del sector de la construcción, el interiorismo, reformas y también para los más manitas de la casa.
Al utilizarlo, no tendremos problemas durante el proceso de pintado, porque el material se mezcla a medida que se arrastra por el recipiente, siguiendo una trayectoria circular e impidiendo el movimiento de remolino. Por lo que es muy útil para que el material fragüe rápido.
En lo que respecta a los tipos, no todos los mezcladores o batidores de pintura son iguales, porque varían según su tamaño u otras características. Pero, por lo general, es una batidora portátil con una o dos varillas o también con un mezclador autónomo de gran capacidad y rendimiento.
Eso sí, ten en cuenta que los mezcladores y batidoras de una o de dos varillas no son exactamente iguales; el rendimiento a la hora de amasar el material varía.
¿Es únicamente para profesionales o también para particulares?
La realidad es que esta herramienta facilita la vida a todos, tanto a pintores profesionales como a particulares. Al fin y al cabo, evita cansar tantos los brazos teniendo que mezclar los materiales, porque recordemos que no solo es posible mezclar pintura, sino también mortero o cemento. Por lo que sus posibilidades son más amplias.
En el caso de los usuarios que a nivel doméstico suelen hacer obras en casa, puede reducir mucho la carga de trabajo y hacer que sea más llevadero y menos cansado. Algo por descontado en el caso de los trabajadores profesionales.
¿Qué tener en cuenta al comprar uno?
Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta, es el material a mezclar. Si es un material blando como la pintura no necesita mucha potencia, pero la cosa cambia si es duro. Por ello, es recomendable tener un modelo de unos 1300 W para que sea más versátil.
Considera también la capacidad, es decir, los kilos de material que necesitas para desarrollar el trabajo. Es así como podrás elegir un modelo que se ajuste más a tus necesidades.
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